miércoles, 14 de diciembre de 2016

Ederra



Despertar, ducharte y desayunar. Llega el “Egun on” que esperabas. Por la ventana asoma otro dia, azul y a rayas. Sales, sin prisa, paseas. Y por el camino tu madre despistada. Un lugar del que pueden llegar malas noticias, animo a los dos. Y continuas. Visitas a un amigo, un par de tonterías, y continuas. Gente que hace unos días no conocías parece que te siguen, sonríes. Y miras para arriba. Calles mil veces recorridas, pero miras hacia arriba y descubres un florido balcón, un alero al que le faltan maderas. Son calles diferentes por un día
Y miras al suelo y ves una horquilla, realmente no tienes prisa, paseas.
Y paras en el semaforo rojo. Ese que en dos zancadas lo has pasado y por el que apenas pasan coches. Y la gente te imita. Simpre está el que menos prisa tiene y menos tiempo le queda. Aprovechas, observas. Verde y paseas.
Otro semaforo en rojo. Miras para arriba. Otoño, y este arbol tiene bolas.
Y más arriba…a este día no le faltan letras.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

El marinero y su estrella

Cuentan que en algún lugar de la costa, donde el mar rompe con fuerza contra la costa y las praderas huelen a sal, hace muchos muchos años vivía un marinero enamorado. Todas las tardes acompañaba a una joven pastora a recoger su rebaño que pastaba en las praderas que daban a los acantilados que caían al mar.
Mientras el sol se hundía en el mar y teñía de rojo intenso todo, él le contaba sus mejores capturas, y mientras, ella tumbada y con la cabeza reposada en las piernas de él, le escuchaba mirando al mar pensando que bonito era el amor que él sentía por el mar. Y él le acariciaba el pelo.
Una tarde, cuando el sol ya se ha derretido en el mar y comienzan las primeras estrellas a aparecer, una gran estrella fugaz atravesó el cielo hasta caer en el horizonte. Ella triste exclamó: "el cielo ha perdido una estrella"
Y él le respondió: "mañana zarpo a buscarla y te la repongo. Tus ojos no pueden perder el reflejo de una estrella". Ella sonrió.
La tarde siguiente, el marinero no acudió a su cita. Ni tampoco las siguientes tardes.
Extrañada, bajo un día al pueblo y preguntó por él. Una joven que reparaba las redes en el puerto le dijo: " Hace días que zarpó. Dijo que iba a por la captura más importante de su vida, para que unos ojos no perdiesen su brillo, y no ha vuelto desde entonces"
Entonces, la pastora comprendió, y un escalofrío recorrió su cuerpo. Se dió cuenta que cuando él le contaba sus capturas acariciándole el pelo, no miraba enamorado al mar, la miraba a ella.
Salió corriendo hasta la pequeña ermita que cuelga de los acantilados, y desde aquel día todos los atardeceres toca su campana tres veces deseando que el marinero las oiga y encuentre el camino de vuelta.
Y mientras, el resto de los marineros se adentran en el mar, en busca de un marinero con su estrella.


jueves, 3 de noviembre de 2016

lunes, 15 de agosto de 2016

DIBONA



No recuerdo como dí con ella. Creo que fue consultando el porque del nombre “Dibona” a unas zapatillas de la marca Vaude. Pero cuando vi su silueta en la pantalla del ordenador tuve la misma sensación que cuando ví por primera vez el Dent du Geant desde la Aguille du Midi. Decía Gaston Rebuffat “El alpinista es un hombre que conduce su cuerpo allí donde, un día, miraron sus ojos. Y que además vuelve" y como en el caso del Dent du Geant vuelvo a cumplir la definición.
La Aguja se encuentra en L’Oisans, una región de los Alpes franceses, en los departamentos de Isere y Hautes-Alpes. Está dentro del Parque Nacional de los Ecrins, donde ya había estado en otras dos ocasiones más para ascender la Barre des Ecrins, justo en el otro lado.
Para Itsaso es el primer viaje a Alpes y por primera vez, mientras ascendemos por la estrecha carretera del valle de Veneón  puede contemplar glaciares.

Llegados a Saint Christophe en Oisans dejamos el coche en la aldea de Les Etages (1597mts) para ascender al refugio Soreiller (2730mts) situado en el circo de Soreiller y a los pies de la Aguja.
Tras cerca de una hora de pateo, y nada más pasar un puentecillo nos encontramos por primera vez, frente a frente, con la Pain de Sucre. Porque así es como se llamaba en realidad esta flecha de piedra que apunta al cielo hasta que el 27 de Junio de 1913 el guía y alpinista italiano Angelo Dibona ascendió por primera vez a su punta. Verla al fondo del valle impresiona.







Las palabras precisas para definirla las vuelve a tener Rébuffat “Esta aguja es un monumento de piedra dada a la humanidad por la tierra y el tiempo, una extraordinaria escultura en el cielo, la luz y el silencio de Oisans. Los mismos logros de los escaladores en otra montaña no serían tan maravillosos. Esta aguja era una pregunta, trepar por ella una respuesta







Después de más o menos tres horas desde el coche llegamos al refugio donde nos reciben las chicas que lo gestionan, nos registramos y nos tomamos una bière, y, pese al lugar, no nos sabe a gloria.
Desde el refugio, la aguja no impresiona tanto. Está a penas a 5 minutos de la pared y desde esta perspectiva pierde un poco su afilada figura y parece una pared más, aunque asusta pensar que pierda el equilibrio y deje al refugio como un hito.

A la mañana siguiente, prepararnos, desayunar y tras el paseo de 5 minutos hasta la cara este nos situamos al pie de la vía que vamos a realizar. L'éthique de la joie es una de las últimas vías abiertas y se encuentra en la cara Este, alejada de la concurrida “Visite obligaoire”. 330 metros de desnivel a salvar con pasos de 6a/6a+ en un granito increible.


Somos los primeros en comenzar a escalar en esta cara, pero pronto apareceran dos cordadas más que seguirán nuestros pasos.

En la parte final, y como es una aguja, se forma un embudo donde nos vamos juntando cordadas, y tras dos largos finales en la arista llegamos a los 3131mts de la cima.



Como equilibristas llegamos a la reunión del rapel para bajar por la normal. En un rapel de 60 metros o dos de 25 nos situamos en un destrepe de III grado que forma el primer largo de la normal. Después por pedreras hasta el refugio.
Ya que he mencionado a Rébuffat, terminaré con otra de sus frases celebres y que debería resonar como una voz en off cuando te gires a ver por última vez la Aguja Dibona junto al puentecillo donde la observaste por primera vez.
"Allá donde las casas, y después los árboles y , a continuación, la hierba desaparecen, nace un reino estéril, salvaje y mineral; sin embargo, en su pobreza extrema, en su desnudez total, ofrece una riqueza que no tiene precio: la felicidad que se descubre en los ojos de los que lo frecuentan."




miércoles, 3 de agosto de 2016

Txakur Txiki


Pequeña pared a la orilla del mar situada en el faro Higuer, Hondarribia.Su orentación nos hará disfrutar de unos bonitos atardeceres.
Roca: Arenisca 
Nº de vías: 20
Altura máxima: 12 metros
Dificultad min./max.: V/7b
Orientación: Oeste. Sol a partir de las 13h
Equipamiento: La mayoría son químicos salvo alguna excepción. La federación guipuzcoana se iba a hacer cargo del reequipamiento en 2015, pero a dia de hoy (Agosto 2016) todo sigue igual. Ojo a algunas reuniones. Si váis a hacer en top rope, usad vuestros mosquetones para no desgastarlas más. 
Aproximación: Desde Hondarribia dirigirnos al Faro de Higuer. Allí aparcar el coche fuera del camping, al fondo junto al Restaurante Faro de Higuer. Coger la pista que bordea la depuradora. Cuando hayamos pasado la depuradora, coger un camino a la derecha (senda talaia) y cuando este se pone paralelo al mar veremos la pared a nuestra derecha. Bajar por sendero.
Recomendaciones: No hay agua excepto en el bar. Disfrutaremos de unos atardeceres únicos. Los días de mala mar nos empapará el spray de las olas.

viernes, 24 de julio de 2015

Dame más droga


"Escalar es una droga. Yo, en cualquier caso, estoy enganchado, y esa es una de las características básicas de las drogas. Uno se vuelve dependiente y las necesita de tal manera que ya no se puede apañar sin ellas. Otra característica de las drogas es que hay que ir aumentando progresivamente la dosis hasta un nivel ya no se puede sobrepasar. Hasta el limite del dolor, por así decirlo. También en lo que concierne a eso puedo asegurar que en la escalada he llevado la trayectoria clásica de un drogadicto. De todos modos, entre la escalada y la droga hay una diferencia significativa: lo que hacemos en la montaña nos hace felices. Y no sólo durante el breve tiempo que dura la ascensión, sino de manera duradera. Tan duradera que para la mayoría la montaña se convierte en una adicción de por vida"  
Alex Huber, Free Solo.

martes, 10 de marzo de 2015

¿Quién nos vende la moto?

La presentadora de televisión Cristina Pedroche ha vuelto a dar la campanada. Y no hablo en sentido negativo de la presentadora que lució palmito en las campanadas de nochevieja. Bien por ella que puede ponerse ese vestido y es libre para ello.
Pidiendo perdón a los puristas, la chica que me divierte cuando veo el programa Zapeando en el que sale, ha hecho la transgrancanaria, la de 32 kilómetros y la prensa que le sigue se ha hecho eco de la hazaña, su hazaña. Porque cada uno tiene sus retos.
Es cierto, que los sensacionalistas del corazón se han equivocado, una vez más, al dar la noticia (sen-sa-cio-na-lis-tas) y "la Pedroche" no hizo la de 125 kilómetros en 5 horas, 47 minutos y 41 segundos. Pero ¿a mí que me importa cuantos kilómetros y en cuanto tiempo lo ha hecho? Olé por ella. Porque a mí tampoco me importa en cuanto lo hayan hecho el resto de participantes. Me alegro de su logro. Olé por ellos.
Me alegra saber, que una persona mediática también practique estas actividades y disfrute de ellas. La culpa de que sea noticia no es de ella. Ella no nos ha vendido la moto. Creo que hay más gente que me vende sus tiempos y sus logros sin yo pedírselo que "La Pedroche", lo que pasa es que ellos quieren ser mediáticos y en su intento se convierten en sensacionalistas de sus hazañas.
Dejemos que cada uno disfrute de su actividad, sin importar los kilómetros, el tiempo o la dificultad, son sus retos, sus proezas. Si quieren contármelo, que me cuenten lo que les aporta, no me hacen falta números.
Desde aquí mi enhorabuena a Cristina Pedroche.